T A N G O S C A P I T A L E S

DICIEMBRE 8 y 9 22 hs


TEATRO ARLEQUINES
Venezuela, 1113

Reservas: 41151721 - 15 56320085 entrada $ 25


Participación en el 5º Festival Cambalache
Sábado 13 diciembre, 20,30
Teatro El Cubo Zelaya 3053
www.festivalcambalache.com.ar




ELENCO

Ana González, Rubén Viñas, Andrea Benassi, Marcela Brito ,
Celeste Rey, Sebastian Nievas, Lorena Vázquez , Florencia Suárez

Música: Gustavo Becker – Miguel Rausch Bandoneón: Ana Escalada
Iluminación: Florencia Lajer
Escenografía: Martina Miguez + Luisina Levi
diseño vestuario: Andrea Castelli realización Beatriz Díaz
diseño maquillaje: Rita Pisani
diseño gráfico: Daniela Odone dibujo farol :Claudia Facciolo
Colaboración coreográfica: Alejandro Figliolo,
Mario Morales, Cristina Sosa y elenco
asistente de dirección : Gabriel González
producción: Marina De Lucca
dirección: Andrea Castelli

contacto: tangoscapitales@argentina.com

(54 - 11) 4307-7358 // 15 -56320085







Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes angélicas? Y aun si de repente algún ángel me apretara contra su corazón, me suprimiría su existencia más fuerte.
Pues la belleza no es nada sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente desdeña destrozarnos.
Todo ángel es terrible.

Las elegías de Duino
Rainer María Rilke








"Incados en el barro, dicen: Estábamos tristes en el aire suave que el sol regocija, habiendo en nosotros la excitación de la tristeza: actualmente nos entristecemos en el barro negro."

Dante La Divina Comedia "Canto VII" El Infierno



Tangos Capitales Es un recorrido coreográfico por la serie de pecados capitales asociados a trastornos psíquicos transitando además ejes de la ritualidad cristiana y sus sacramentos: liturgia, comunión, confesión, bautismo, consagración, bendición del agua etc.… Los pecados capitales, en la moral cristiana, son un tipo de pecado mortal originado por distintos vicios, los más comunes o más importantes del comportamiento humano. La clasificación actual es la que realizó Santo Tomás de Aquino, aunque no hizo más que concretar la ya realizada por Gregorio I, el Magno hacia el año 600: Soberbia - Envidia - Lujuria - Ira - Gula - Avaricia - Pereza . En Tangos capitales hemos establecido un paralelismo entre estos pecados y los trastornos de la personalidad más frecuentes clasificados por la psiquiatría y el psicoanálisis, sirviéndonos de potentes imágenes provenientes de la literatura que han contribuido a la construcción de este universo (Divina Comedia, Dante). A partir de este entrecruzamiento nuestro objetivo fue dar a luz (y a sombras) imágenes que narraran nuestra visión de lo humano, pensando al deseo como la característica que lo define. Dependiendo de la índole del pecado, hemos asignado a cada uno de ellos un estado psico – anímico. La intervención que sufren estos personajes al ser atravesados por un determinado pecado, al encarnarlo, son síntomas que construyen, identifican y se reflejan en el cuerpo mismo de cada uno de ellos. Así el mundo interno, universo de deseos desmedidos, fantasmas y oscuras pasiones, se proyecta en el mundo exterior: en el cuerpo como pantalla de la vida psíquica y en el vínculo con los otros. Como una exploración de los aspectos mas desesperados del ser, nos adentramos en un mundo en el que sombras y sonidos crean un clima onírico que remite a otros planos de la realidad, una especie de conciencia suspendida. Observamos que en cada uno de los estados anímicos identificado con cada pecado, no hay lugar posible para el “sujeto” y que todo el afuera, el Otro, es transformado en objeto (desubjetivizado); uno y otro “pecado” se enlazan, creando una red de complicados nudos que ineludiblemente remiten a la soledad como único refugio posible: el amor se vuelve hacia uno mismo (soberbia) no hay discriminación en el consumo de objetos y/o sujetos (gula- lujuria) el deseo de tener “algo” que el otro posee conlleva la destrucción (envidia - ira) todo vínculo amoroso es tornado frágil y desapasionado bajo el manto de la melancolía (pereza) el apetito desenfrenado, el poseer sin más sentido que la posesión misma, ignorando necesidades propias y ajenas aísla al sujeto inhibiéndolo del contacto con el mundo exterior(avaricia). Este universo está sostenido por dos grupos de personajes: los justos y los pecadores, cuya clasificación resulta a veces incierta ya que los limites entre el bien y el mal se desdibujan a lo largo de la obra. Universo de pasiones y repulsión, de sentimientos convulsionados en el que los personajes se mueven desconcertados en una atmósfera de oscuridad que envuelve a todos por igual y parece finalmente no dejar espacio para las diferencias entre perturbados y sensatos, prudentes y desquiciados. Todos definitivamente solos, aislados, seres que no encuentran su lugar en otro mundo mas allá de las penumbras en las que habitan.
Despojos, cicatrices, indiferencia y deseo, amor y desamparo, vestigios del placer, fallidos intentos del amor. Una danza de afligidos y dañados, amos y esclavos destinados a la propia y mutua destrucción desde los abismos más oscuros del ser, tal vez, desde lo más genuinamente humano.


El corazón humano arde de avaricia y miserable afán; hay palabras y fórmulas para calmar este sufrimiento y para curar, por lo menos en parte, este mal. Te inflas de vanidad: hay ciertas expiaciones que pueden revivirte si lees cabalmente tres veces cierto libro. El envidioso, el iracundo, el indolente, el ebrio, el sensual ninguno es tan salvaje que no pueda ser domesticado, siempre que tenga la paciencia de dedicarse a aprender.
Horacio


la obra

La maldad siempre ha tenido un atractivo especial para el hombre, y el dolor también. La maldad y el dolor han tenido que ser explicados y justificados para poder convivir con ellos sin que la angustia sea excesiva, para poder contenerlos en unos límites que nos parezcan tolerables. Si de alguna forma podemos comprender, es decir, controlar el mal y el dolor estamos más tranquilos.Por eso las sociedades han tratado de nombrarlo de tal manera que sea posible hablar de ello dentro de un orden. Hoy no hablamos tanto de pecados si no más bien de patologías, al mal de la conciencia aplicamos el lenguaje de la medicina, y al hacerlo rescatamos el sentido original de la palabra pecado que venía quedando casi olvidada tras la contaminación de la noción de mal como disfunción con la de mal como maldad. La perspectiva psi nos ha invitado a pensar no tanto en maldades o conductas destructivas como en disfunciones, confusiones o desviaciones de los impulsos. La diferencia entre pecados y patologías residiría en el locus de la responsabilidad: en tanto que «pecado» acusa, responsabilizando al individuo, «patología» responsabiliza de otra manera, haciendo conciente el lugar propio en ese exceso. Mientras que la fe clausura la razón se pregunta, se cuestiona. Si se dice: es un envidioso, es un avaro, es un soberbio, sus conductas y también sus sentimientos estarán claros para los demás, sabrán a que atenerse, queda el consuelo de que pagará por ello con la condena eterna si no se arrepiente y rectifica. Si decimos es un Paranoico, un Compulsivo, un Narcisista, podemos justificar y comprender algunas conductas y además esperar la intervención del profesional de la Salud que “cura" (rá) este tipo de trastornos. La religión católica propone, arrepentimiento, propósito de enmienda y penitencia para quedar limpio de pecado. La psiquiatría, el psicoanálisis ofrecen su ayuda a través de técnicas psicoterapéuticas, psicofármacos, palabras.. Pero, de cualquier manera, los hombres y las mujeres que exhiben un Trastorno de Personalidad al igual que los etiquetados como pecadores según los criterios de la moral cristiana, siguen siendo personas que se debaten entre los imprecisos límites del bien y el mal, haciendo grandes esfuerzos para adaptarse a un mundo que no entienden ni los entiende, al que culpan de todas sus desdichas y, en consecuencia, en el que no pueden dejar de sufrir . Este es el mundo en el que habitan los personajes de Tangos Capitales. Un impreciso universo con límites no tan claros entre bien y mal, justos y pecadores. Un ámbito religioso donde la jerarquía, el poder es ejercido por mujeres a quienes les es dado el atributo de llevar adelante la liturgia en todo su proceso, confesión, comunión, eucaristía, penitencias, responsos y sermones .






martes, 22 de septiembre de 2009